[La Previa] Primeras horas jugando Zelda: Breath of the Wild

The Legend of Zelda: Breath of the Wild ha llegado. Cuatro años de desarrollo finalmente han culminado en lo que es ahora el último título para Wii U y el primer gran juego para Nintendo Switch. Hemos iniciado nuestra aventura en este gigantesco desolado, pero no por ello, hermoso Reino de Hyrule, y resaltamos la palabra por que en efecto estaremos encarando diversos inesperados peligros y buscar sobrevivir en las diferentes búsquedas administrando de la mejor manera nuestros recursos. La saga ha evolucionado y recogido parte de la esencia de su primer título, y eso ya se muestra desde las primeras horas de juego.

 

UNA ODISEA EN UN HYRULE NUNCA ANTES VISTO

Nos recibió un intro inesperado, de un estilo que quizá ningún fan apostaría, acompañado de una pintura milenaria muy colorida, de la que nos cuestionamos su significado. ¿Qué nos espera? Despertamos en compañía de una voz a lo lejos y al ponernos de pie contemplamos una muy pequeña parte de lo que nos aguarda. Iniciamos nuestros pasos, y aunque no nos impresionemos mucho de lo que vemos, cada detalle durante la búsqueda va apareciendo casi por sí solo. Es de destacar que no estamos frente a un diseño fotorrealista como Final Fantasy XV, pero el estilo gráfico es encantador, las plantas, partículas, los efectos de agua, luces y explosiones lucen bastante bien.

No siempre habrá algo a lo que mirar, pero el juego nos premia por ser curiosos, y ello no solo significa recoger nuevos elementos para el inventario, sino que también revelaremos algunos personajes o ubicaciones nuevas. Si bien el diseño de todo este mundo abierto a primera vista no impresiona (hasta ahora), cada elemento cuenta y debemos prestar cierta atención de a dónde ir o qué elementos recoger, y el aspecto gráfico ha ayudado en ello, gracias a los contrastes del color.

A primera vista el enorme mundo no parece impresionar, pero demanda mucha atención a lo que nos oculta. Captura: James Chirinos.

El tema de la supervivencia es importante, y uno de los elementos que le sienta bien es que las armas se desgastan, además que debemos buscar comida. ¿Cómo afectará esta mecánica más adelante en la aventura? Aún no lo sabemos, puede que se presente todo un entretenido desafío o que acabe en una tediosa obligación.

Pese sin embargo a lo bien trabajado que se presenta el juego, hemos detectado notorias caídas de framerates, aunque si bien no interfieren en su jugabilidad, es un poco difícil de ocultarlas. Al parecer, el juego no terminó de ser debidamente optimizado. Otro punto que debemos indicar es que si bien la jugabilidad se presenta simple, por primera vez podemos saltar con un botón (en este caso «X»), correr con «B», etc. no podemos cambiar la disposición de los comandos a nuestro gusto. Ningún juego de Zelda lo ha presentado, pero dado que tendremos una mayor exigencia de movimientos, muy posiblemente el juego debió tener una configuración de botones libre.

Otro buen aspecto a destacar es que la música del juego es increíble. Encaja perfectamente para cada momento. Nuevamente la calidad del sonido es de la talla de lo que fue Skyward Sword, y sigue siendo uno de los elementos más a destacar de la saga.

 

En conclusión, la búsqueda ha iniciado bastante bien, con ciertos pequeños percances, pero el juego busca desde el inicio buscar crear esa incógnita de qué ha sucedido y nos anima a buscar respuestas. Empieza de manera más directa y con menos lentitud que otros juegos. Esperemos que dicho detalle nos mantenga por muchas horas más hasta el fin del juego. Hay mucha promesa por delante. Ahora a seguir jugando.

¿Qué nos espera en este enorme y desolado mundo? Hora de descubrirlo.
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