[Análisis] The Legend of Zelda: Breath of the Wild, la aventura más pura de Nintendo

Este análisis se ha realizado en base a la versión de Zelda: Breath of the Wild para Wii U

Pocas sagas pueden presumir de tener más de 30 años de exitosa historia, y haber conseguido una enorme legión de fieles seguidores como The Legend of Zelda. Y ahora, a 31 años de su primer lanzamiento por fin hemos probado y sentido la experiencia de Breath of the Wild. Se trata de un título que sin duda va a causar opiniones dispares, pero la gran mayoría coincidirá en que Nintendo nuevamente rompió esquemas. Y por otro lado ahora la saga busca renovarse, y lo ha hecho no a lo grande, sino de una manera espectacular. ¿Cómo lo ha conseguido exactamente? ¡Bienvenido a nuestro análisis de Zelda: Breath of the Wild!

Un vistazo al pasado trae algo nuevo

Si recordamos la saga, allá en 1986 recordaremos una aventura que era única en su tipo, un enorme mundo (para su tiempo) listo para ser recorrido a nuestra manera. Eso ha regresado a 2017. Un abrumador mundo, de los más grandes que se han visto a la fecha, nos espera. Disfrutaremos con cada paisaje, cada elemento puesto en cada sector, e iremos descubriendo sin ningún proceso predeterminado cada nuevo secreto. El juego nos otorga una libertad enorme, con sus respectivos acertijos que buscarán desafiar al jugar. Todo está preparado para ser recorrido de la manera que mejor nos convenga y sin ataduras.

Este nuevo Reino de Hyrule es un gigantesco mundo que descubrir y experimentar, pero no por ello menos hostil. El mundo presenta una infinidad de peligros y obstáculos que superar, lo que lo convierte en uno de los más difíciles de la saga. Es muy probable que debamos ceñirnos al sistema de «muere y aprende«, pero dicho desafío no le importa al juego. Vamos a sentirnos frustrados muchas veces, pero siempre veremos de aprender de nuestros errores y conocer en qué estamos fallando. Se vuelve un elemento clave de la experiencia de juego.

Descubriendo nuestra propia trama y forjando nuestra propia aventura

Un detalle interesante es cómo Nintendo decidió presentar la trama poco a poco. Encarnamos a un Link que despierta tras un largo, largo sueño, y que debe recordar qué fue lo que sucedió en este vasto Reino. Nos toca recorrerlo e ir descubriendo cada detalle de su trama principal. Y es en este punto desde el que elaboraremos nuestra propia historia y cada partida será única.

Descubriremos que el proceso de la aventura no tienen una única solución, los combates no tienen una sola estrategia. El juego invita a experimentar, y para ello contaremos con un excelente motor de físicas comparable a otros grandes como el motor Source o el id Tech. A pesar de todos los peligros y hostilidades que se presenten Hyrule se convierte en un gigantesco escenario para que pruebes todo lo que quieras, incluyendo el probar algo nuevo si tu plan no resultó muy bien. ¡La libertad es enorme!

Y aparte del aspecto principal de este enorme mundo, no podíamos dejar de lado las misiones secundarias. Es seguro que se te acumularán varias durante la travesía, pues nadie te dice a dónde ir, ¿alguien recuerda la multitud de íconos en los sandbox de hoy en día? No hay. Todo ahora depende de nuestro propio ritmo y de nuestra capacidad de usar todas las pistas posibles. Sin duda una de las características que nos han sorprendido, pues aún siendo un detalle que «es removido» del esquema tradicional, sirve para que el jugador siga su propio ritmo sin sentir obligaciones de ningún tipo.

Sobreviviendo al nuevo Hyrule y a todos sus entornos

¡Sobrevive! Los diseñadores han sido claros con la propuesta del juego. Una aventura en su estado más puro. Tendremos que recolectar materiales, recursos, comida, cazar, obtener elementos que nos ayuden a sanarnos o para combatir el frío. Link casi por primera vez se encuentra completamente solo, y de ti depende realizar o no cierta acción o tomar una decisión que significaría la diferencia entre la recompensa o un Game Over. Las noches se presentan nuevamente más peligrosas que el día, pero a un nuevo nivel, y puede que un simple error te cueste la vida.

La total libertad también conlleva a tomar las decisiones correctas. Y no solo se limita a cómo recorrer un determinado tramo para llegar a un lugar en específico, sino también el uso de armas. Todas son eficaces y hacen daño, pero nos tocará descubrir y experimentar cuáles son las más aptas para ciertos enemigos. Y la habilidad de que Link pueda trepar casi cualquier superficie es una característica bien trabajada, nos permite poder romper la barrera de saber qué tenemos al otro lado de un risco o qué hay en la cima de una montaña.

¿Cómo puede ser un Zelda sin mazmorras y desafíos?

Respecto a las nuevas mazmorras, los grandes e intrincados templos que conocemos se van. Ahora lo que tenemos es más de un centenar de santuarios, que cumplen la función de pequeñas mazmorras con un puzzle en específico o con varios, y a veces exigen algún combate; todos repartidos en todo el mapa. Cada santuario nos dará un orbe del valor, y al juntar cuatro de estos podremos aumentar nuestra capacidad de energía y resistencia. La mayoría no debería ser un fuerte problema, pero algunos sí pueden ser más intrincados.

Pero no solo hay santuarios. Si queremos volver al estilo que conocemos de las mazmorras sí podremos hacerlo, y debo indicar que son las más difíciles que haya visto en un Zelda en 3D. Exigen experimentar con todo nuestro arsenal de distintas maneras, pero su mayor virtud es su diseño base, que en pocas palabras, para no spoilear, son lo mejor que haya visto en un juego de Zelda.

Abordando el análisis del combate en Zelda: Breath of the Wild, este es el más intuitivo y complejo de la saga. Las armas ahora se desgastan por lo que debemos estar constantemente buscando reemplazarlas, y en su variedad no decepciona para nada, el arsenal es enorme. Tendremos a nuestra disposición espadas, mandobles, lanzas, escudos, arcos y flechas, javalinas, mazos, y hasta huesos de los enemigos no-muertos. Y gracias al excelente sistema de físicas no solo tendremos que emplear la fuerza bruta para combatir, sino que también podremos empujar rocas, lanzar objetos pesados, activar artefactos explosivos, todo lo que nuestra imaginación se lo permita.

De la misma manera funcionará el querer experimentar con el escenario para superar un obstáculo, y verás que todo funciona. Esto es lo que se conoce como «Bypass». Más de una vez vas a sentirte con la curiosidad de resolver un acertijo o un combate que parecería ser denegado por el juego, pero no es así. El juego ha sido tan bien diseñado que resulta increíble darte cuenta que todo está limitado por tu imaginación y no por el juego mismo. Es la misma sensación que he tenido con otros grandes juegos como Half Life 2. Cuando sentimos que vamos a querer hacer algo que quizá estaba fuera del alcance del juego vamos y descubrimos que casi todo estaba previsto.

Asimismo, será importante recolectar recursos, desde frutos silvestres hasta cazar para obtener carne, y con ellos elaborar distintos platos cocinando. Estas comidas nos ayudarán no solo a recuperar salud y darnos ciertas resistencias, sino que dependiendo de lo que usemos la cantidad de recetas a obtener es enorme. Debemos ser meticulosos para encontrar recetas útiles.

Todos estos son elementos que quizá ya hemos visto antes, pero juntos han logrado un resultado exitoso y le han dado profunda personalidad al juego. Aún a pesar de todo lo que dure nos seguirá sorprendiendo, pues conforme vayamos explorando y descubriendo el mapa en su totalidad, solo tendremos acceso a la orografía. Los lugares nos tocará descubrirlos por nuestra cuenta, y a veces notarás algún lugar interesante al que ir y descubrir que también valía la pena explorarlo.

Nunca nos sentiremos a ir realmente a prisa, siempre vamos a desear descubrir todo poco a poco, por lo que es difícil hablar de la duración del juego; puedes ir a tu propio ritmo como indicamos. Pese a que acabe el juego con decenas de horas, ésta solo es la trama principal y aún siento que me quedan muchas, pero muchas cosas por hacer.

Zelda Breath of the Wild es artístico en todos sus aspectos

Respecto al diseño del Reino de Hyrule, los diseñadores no decepcionan para nada en dicho aspecto. Si bien no presenta el mismo motor y aspecto técnico de juegos actuales como Final Fantasy XV, The Witcher 3 u Horizon: Zero Dawn, siempre tendremos algo a lo que observar. Su estilo artístico ha sido trabajado hasta el último detalle, y esto incluye elementos como chispas, partículas, fuego, agua, etc. Hasta el viento interacciona de manera tan natural dentro de los entornos y personajes. El aspecto técnico es una fuerte virtud del juego.

Además el mundo es muy variado, visitaremos montañas, picos rocosos, bosques, junglas, desiertos, estepas, praderas, playas, ambientes volcánicos, etc. Todo implecablemente diseñado y arreglado. Casi cualquier tipo de clima que se nos ocurra está dentro del juego. El juego luce muy bien en combinación de todos estos elementos y muchas veces se obtienen escenas que podrían parecer un fan-art, como sucedía con juegos como Journey.

No obstante y debemos ser sinceros con ello, y sería quizá su único error que no se puede dejar pasar. Si bien el juego es estable durante la mayor parte de la aventura, el framerate se ha caído en ciertos momentos de los 30 fps, los cuales si bien en la mayoría de los casos no interfieren en la experiencia, son muy notables. Ya se ha recibido un parche para intentar solucionar este problema, pero aún siguen existiendo, y sobre todo en algunos escenarios memorables del juego.

Otro aspecto que no pude dejar pasar es cómo los personajes del juego se presentan, y varios van a ser memorables. Cada uno de los roles principales tiene su personalidad destacada y se observa hasta un cierto cambio en algunos. Hasta la misma princesa Zelda, al igual que en Skyward Sword se la presenta como un personaje con cierto trasfondo, y que ello marca su personalidad. La saga nunca ha sido característica de una historia compleja, y acá tampoco la presenta pues solo muestra la premisa para la aventura, pero los personajes se muestran muy vivos y con su propia personalidad.

Respecto al análisis de la banda sonora en Zelda: Breath of the Wild, como siempre, Nintendo ha puesto lo mejor de sí para que sea simplemente magnífica. Con un piano como instrumento principal, se ha obtenido un estilo muy atípico de la saga que ha encajado casi perfectamente en este desolado mundo abierto que vamos a explorar, el cual cambia a otros arreglos cuando visitamos aldeas o pueblos. No faltaron los temas clásicos reinterpretados, los cuales dejaron un 10 de 10 en este aspecto en el que The Legend of Zelda nunca falla.

Y hablando de sonido, los efectos sonoros han sido muy bien trabajados, y todo se siente tan en su lugar y siempre sabremos de qué se trata cada ruido que escuchemos. Y por supuesto, no podemos olvidarnos del doblaje, que por primera vez la saga presenta actuación vocal. Pese a ser un aspecto complementario, también ha sido excelentemente trabajado.

Zelda se ha reinventado por primera vez en casi 20 años

Nintendo fue sumamente valiente con la propuesta. Si bien mis expectativas con el juego eran altas, fueron superadas y con creces. Salvo por la pérdida de framerate que ha recibido un parche para buscar remediarlo, no he encontrado mayores errores en el juego. El sistema del mundo abierto ha sido llevado a un nuevo nivel. Adiós al montón de íconos que usualmente nos llenaba el mapa en los juegos tradicionales de sandbox. Ahora nos toca a nosotros buscarlos y saber qué se oculta ahí, saber cómo sobrevivir desde cero y cómo interactuar con los entornos y elementos hasta donde nuestra imaginación lo permita.

Ha sido el título con el que mejor ha podido finalizar Wii U y con el que empezar Nintendo Switch, y esperemos que la fórmula no se quede acá, sino que Nintendo ahora busque darle un retoque en su próximo paso y por qué no, iniciar una nueva era.

Lo bueno:

• La libertad es gigantesca, puedes experimentar y hacer lo que quieras cuando quieras.
• El juego invita a pensar y los límites solo los pone tu imaginación.
• Siempre habrá algo a lo que observar, el mapa casi nunca se siente vacío.
• La gran cantidad de misiones secundarias.
• El juego te invita a explorarlo bajo tu propio ritmo.
• Un increíble sistema de combate que además nos llama a usar distintas estrategias.
• El mejor diseño de mazmorras que haya visto en un Zelda en 3D.
• El aspecto técnico del juego es hermoso, con muchos detalles y efectos.
• La banda sonora, sublime.
• Los personajes tienen una personalidad mucho más elaborada que en otros títulos de la saga.
• El doblaje al español latino muy bien trabajado.

Lo malo:

• La caída de framerate en algunas ocasiones, no se puede dejar de lado.
• Si bien la saga nunca tuvo una historia tan compleja, pudo quizá trabajarse mejor. Son los 30 años de la saga.

Análisis Zelda Breath of the Wild

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