[Análisis] The Callisto Protocol – Un nostálgico reencuentro con el terror espacial
Este análisis fue realizado gracias a una copia de The Callisto Protocol para PC otorgado por Krafton.
Hace una década y media, en 2008 el mundo de los videojuegos quedó maravillado con el lanzamiento de Dead Space. Este título dirigido por Glenn Schofield venía cargado de un ambiente oscuro y aterrador, donde nisiquiera podíamos usar armas como tales, sino herramientas para hacerle frente a enemigos que recordaban a las criaturas de The Thing, repletos de extremidades y sin un punto débil como acostumbran a hacer otros juegos del género. Dicho juego pasaría a convertirse en saga, con películas animadas incluidas, pero quedó en el limbo por mucho tiempo. Ahora su mismo creador viene con The Callisto Protocol, dispuesto a revivir esa esencia del horror espacial que tanto nos aterrorizó hace una década. ¿Lo consigue realmente? Vamos a descubrirlo en este nuevo análisis de The Callisto Protocol.
Nuevamente invitados a un destino no grato
Algo hay que dejar en claro en este análisis, y es que The Callisto Protocol, desde que arrancamos, otorga diversas reminiscencias a Dead Space que lo identifican como un juego de Schofield. Veremos algunas secuencias que nos conectarán un poco con su trasfondo antes de pasar a controlar a nuestro protagonista. En este caso somos Jacob Lee, una especie de «camionero espacial» que lleva una misteriosa carga a la luna de Calisto, en Júpiter. Sin embargo, por azar de un terrible destino somos atacados por personas extrañas, incluyendo por quien luego sería co-protagonista del juego, y al estrellarse en la luna acaba siendo apresado. ¿Por quién? Resulta que en Calisto hay una prisión de máxima seguridad, Ferronegro, y acabaremos siendo presidiarios en ella.
Aquí permanecemos corto tiempo tras las rejas, pues al despertar en un momento nos enteramos de que algo extraño está ocurriendo en la prisión. Armados con una palanca pata de cabra que nos otorga otro prisionero que nos da una mano para que podamos salir de allí somos conscientes que hay cosas extrañas moviéndose por ahí. A partir de aquí no hay marcha atrás, y tendremos que luchar por salir vivos y descubrir qué está sucediendo.
Vulnerables, pero no desarmados
The Callisto Protocol, al igual que Dead Space, basa su jugabilidad en la exploración de un enorme complejo de entornos, donde a las justas podemos correr y emplear «armas» para defendernos de los enemigos. La gran diferencia es que ahora el combate ya no se basa en una arma a distancia como la cortadora de plasma. En su lugar tenemos una porra eléctrica, y la base es el cuerpo a cuerpo. A esto se le suma la capacidad de evasión lado a lado. Para esto tendremos que predecir un poco los movimientos de los nuevos infectados, ahora llamados biófagos. Puede resultar un poco complicado al inicio, y esto debido a que no es el típico sistema de presionar un botón en el momento preciso. Para esquivar debemos ya mantener pulsado un botón direccional y el personaje automáticamente evitará un golpe.
Esto supone un nuevo aprendizaje en los controles, y puede que te tome dominarlo. De allí ya te toca decidir cuándo es el mejor momento para aventar porrazos a los enemigos, ya que no siempre tendrás munición de sobra para atacar de forma segura. Hay que tomar en cuenta además que los golpes simultáneos (nuestro y de los infectados) desembocará en daño para ambos, así que debes ser cauto.
Obviamente, como mencioné, hay armas a distancia, como una pistola, un revólver, una escopeta y un rifle. Cada uno tiene sus pros y contras, pero también debes gestionar su uso. Los cambios entre armas son lentos, y el inventario es limitado. Debes pensar bien cuándo es un buen momento para priorizar munición, salud, o sino equipos que luego puedes vender en unas estaciones para obtener créditos.
¿Dead Space 4 o un nuevo videojuego?
Algo debo dejar claro en este análisis de The Callisto Protocol. Como hemos visto las reminiscencias e inspiración directa en Dead Space son notorias, pero hay aspectos donde el juego sí busca tener algo de identidad propia. Ya hablamos de la base como el combate cuerpo a cuerpo y las evasiones. A pesar de tener similitudes sí se marcan diferencias notables. Aparte de esto hay dosis de sigilo, y podremos fácilmente deshacernos de un enemigo si nos acercamos a su espalda agachados.
Había mencionado también unos créditos en el apartado anterior. En la travesía habrán algunas estaciones donde podremos mejorar nuestras armas, comprar equipo o vender lo que no deseemos. Podremos aumentar aspectos como la capacidad de munición, daño, la rapidez de carga, e incluso desbloquear habilidades cuando lleguemos a los últimos niveles.
Finalmente, tenemos una especie de mecanismo que nos permitirá activar una especie de telequinesis, claramente inspirado en el juego de 2008, que otorga la capacidad de lanzar a un enemigo hacia algún hazard del escenario, como cortadoras, hélices o pinchos. También lo podemos usar sobre artefactos explosivos para lanzárselos a los biófagos. Todo te otorga una cierta libertad de cómo ahorrar tus recursos y mejorar tus posibilidades. Obviamente este mecanismo tiene un tiempo de enfriamiento y no se lo puede usar ilimitadamente.
Sobreviviendo a los invasores de la Prisión Ferronegro
The Callisto Protocol maneja una cantidad decente de especies enemigas, aproximadamente 7, lo que se puede considerar un número base correcto. Todos diferentes hasta cierto punto y con sus fortalezas y debilidades. Están los enemigos básicos que solo caminan ya atacan, cabezas que salen a distancia y pueden morderte, enemigos frágiles pero rápidos que se mueven por varias superficies, y algunos más lentos pero más peligrosos. Algunos incluso pueden mutar en pleno combate y volverse más agresivos y resistentes, siendo quizá nuestro punto de prioridad. No obstante, siendo un juego AAA a veces la cantidad y variedad se siente insuficiente, y más aun si hablamos de los jefes, que son poquísimos.
Tampoco podemos decir que su diseño es muy inspirador. Cumplen tras una primera impresión, pero luego empiezan a sentirse poco elaborados. Aun así también caben mencionar las unidades robóticas que patrullan la prisión, los cuales, a pesar de ser fácilmente burlados, son imponentes y puede que sean los que más nervios te generen.
De allí, el recorrido de la prisión y sus alrededores es un viaje prácticamente lineal. Hay secciones donde el camino puede bifurcarse un poco, pero tampoco es algo significativo. Sí puedes encontrar algunos espacios donde vas a moverte en más de una dirección y volver, principalmente para encontrar un fusible o llave para abrir una puerta. Pero un detalle que sí me hubiera gustado es un mapa. A veces el entorno es tan oscuro y tan parecido sin importar la dirección adonde mires que puedes dar varias vueltas antes de toparte con la puerta correcta.
No es malo que el juego haya preferido el trayecto lineal, pero bueno hubiera sido algunos pasadizos, retornos para encontrar pistas, objetos, coleccionables, mejoras o hasta algún puzzle. Cualquier otra cosa que nos anime a investigar más sobre el lore habría sido de agradecer en un juego de este género. Por lo general solo hay algunas grabaciones de otros desafortunados miembros de la prisión que expanden la historia.
Dándole vida a un entorno repleto de muerte
Los niveles en The Callisto Protocol son visual y auditivamente increíbles. Estos pueden ser los apartados más sobresalientes, en especial en el visual. Vamos a recorrer diversos entornos industriales oxidados y lúgubres, todos con un nivel de detalle más que decente. Y se les suman algunas áreas nevadas y oscuras en exteriores, y algunos pasadizos repletos de materia orgánica que dan la sensación de que todo está invadido. Eso sí, en su apartado artístico el juego quizá pudo dar un poco más. Los escenarios durante varios momentos no se sienten realmente inspirados, al igual que los enemigos. Sin embargo, estos últimos son realmente grotescos y dan la sensación de que pueden aparecerte en cualquier momento. Aun así es visualmente impactante, en especial con las muertes, algunas de ellas realmente aterradoras y desagradables.
Algo a destacar también es que la pantalla luce muy limpia la mayor parte del tiempo. Verás tu salud en el cuello de Jacob, así como la munición en tus armas. Puedes ver tu inventario al presionar un botón, pero esto desplegará una pantalla frente al protagonista que no interrumpe lo demás. Todo sigue en movimiento.
¿Ya había mencionado lo referente a la captura de movimiento? Este quizá es su mejor fortaleza. Son dos actores los que dan vida al protagonista y a la co-protagonista, y realmente ambos se sienten muy vivos y dan muestra creíble de todas sus emociones. Y lo mismo también sucede con el resto de personajes.
En cuanto al sonido, la música siempre está presente para aumentar ese sentimiento de tensión y mala vibra. No es que sea la mejor, pero cumple su cometido. De allí, en cuanto a los efectos de sonido siempre escucharemos como los enemigos se desplazan, se siente cada golpe, cada disparo, cada explosión. No ha llegado al nivel de otros títulos de este año, pero me ha dejado muy satisfecho.
¿Qué ven mis ojos? Y no son precisamente los enemigos
Ahora, si hay algo que definitivamente ha manchado un poco la experiencia eso es la optimización. Se han hablado de algunos inconvenientes en consolas, pero la versión de PC tampoco se queda atrás. Desde su salida hasta ahora han lanzado unos 6 parches para mejorar la estabilidad de cuadros. Son varias las ocasiones en que el rendimiento del juego se cae, incluso corriendo a 1080p 60fps con una tarjeta de alta gama. Y si le sumamos el Ray-Tracing es aun peor, cayendo a veces a menos de 30fps.
Y no solamente hablamos de caídas menores, los freezeos que hemos tenido han sido regulares, donde el juego se congela por un par de segundos antes de continuar. Por suerte no fueron causa de alguna muerte pues simplemente el juego «se pausa», pero la experiencia sí queda algo manchada. Striking Distance aun tiene mucho trabajo por delante para solucionar este problema. No es que hayan bugs o glitches, aunque en un par de ocasiones los enemigos se teletransportaron, sino que el rendimiento sí deja mucho que desear. No me puedo olvidar de las tan famosas «grietas», que en realidad son sutiles pantallas de carga de la siguiente etapa del juego. Estas se sienten muy comunes, sobre todo si hablamos de un juego que no es precisamente de mundo abierto.
Por último sí hay que hacer hincapié por algunas transiciones de cámara bruscas, sobre todo cuando ejecutamos los combos de porra + arma de fuego. Y no se quedan atrás las animaciones de apariciones repentinas de algunos enemigos que salen de alguna escotilla o ducto, y una falta de sincronización de las voces y la ecualización del volumen.
¿Una entrega que apunta a convertirse en saga? Muy seguro
The Callisto Protocol ofrece una experiencia de terror lineal que, aunque guarda reminiscencias de Dead Space, busca tener su propia personalidad, sobre todo en lo jugable. Maneja un despliegue visual y sonoro magníficos, una narrativa que cumple su cometido y brutalidad en todo su desarrollo. Sin embargo, queda algo opacado por la poca variedad de enemigos, desafíos alternos y rejugabilidad, además de un apartado técnico y rendimiento que tiene aun trabajo por delante. Aun así, es un juego que abre las puertas a un futuro prometedor si el estudio equilibra todos sus apartados.
Lo bueno:
- Se siente el toque propio de Schofield, del terror espacial.
- Pese a las recordar a Dead Space, busca tener su propia jugabilidad.
- El ambiente de tensión es casi constante.
- Buen sistema de combate, tanto cuerpo a cuerpo como a distancia.
- Diversas formas de hacerles frente a los enemigos.
- Narrativa que cumple su cometido.
- Apartado visual extraordinario, sobre todo en el detallado y animaciones de personajes.
- Música y diseño de sonido bien trabajados.
Lo malo:
- Una cierta falta de desafíos alternos, exploración y rejugabilidad.
- Poca variedad de enemigos, y sobre todo, jefes.
- Las «grietas de carga» se sienten muy regulares.
- Problemas con el rendimiento en diferentes plataformas.
- Algunas animaciones, sobre todo transiciones entre armas, se sienten bruscos.
