[Análisis] World of Warcraft: Dragonflight – Dos décadas de Invocaciones
Este análisis se ha realizado gracias al paquete «BIenvenido a Azeroth» para World of Warcraft: Dragonflight otorgado por Blizzard Latinoamérica.
World of Warcraft, o WoW a como me referiré a él de ahora en adelante, cumple 20 este año, lo que lo convierte un juego que ya casi alcanza la edad para poder tomar y botar en muchos países. Y como tal, es un producto que ha tenido que mejorar y adaptarse para mantenerse relevante. A fin de cuentas, no hay muchos MMORPG, y hasta juegos en general que puedan decir que en 20 años nadie le ha quitado el trono. Si bien puedo decir que algunos cambios han sido controversiales, otros han ayudado mucho a la calidad de vida del juego. Pero no se puede negar los números que alcanza WoW, aun cuando estén bajado, sigue siendo un producto bastante exitoso como modelo de negocio. Y ahora en este análisis de World of Warcraft: Dragonflight vamos a descubrir el porqué, sobre todo gracias al paquete «Bienvenidos a Azeroth».
La experiencia actual
Empecemos por lo más positivo que trajo consigo Dragonflight, que es la expansión actual del juego al momento de escribir este artículo. Muchos de los errores del pasado se corrigieron para esta expansión usando justamente la experiencia de haber lanzado, ya con esta, 9 expansiones.
Tenemos desde el poder mover sin necesidad de herramientas externas (add-ons), la interfaz para acomodar la experiencia de juego a gusto del cliente, hasta el uso más prominente de explicaciones mediante voz en lugar de texto. Pasando por optimizaciones gráficas hasta una banda sonora de alto nivel. El pulido del juego se siente.
Empecemos con las mejoras en la interfaz. En sus días uno debía bajar add-ons para todo. Si bien esa es una práctica que aún ocurre y hablaremos de eso más adelante, vamos a centrarnos en los aspectos positivos que se implementaron gracias a ellos. El primero es el uso poder configurar el la experiencia del usuario moviendo prácticamente todos los elementos de la pantalla. ¿Qué no te gusta donde está el mini mapa? Muévelo. ¿Qué no te gusta donde están las barras de acción? Muévelas. ¿Qué no te gusta que se vean los 12 botones? Redúcelos. Esto acompañado a la unión de muchas ventanas de información que antes debías asignarles un botón específico para poder abrirlas, hace que el poder moverte por los menús para un jugador que ya tiene un cierto tiempo jugando se le haga la vida mucho más sencilla.
Y por supuesto, no se puede negar que la cadencia de contenido que se vivió en la expansión pasada ha sido muy mitigada en esta expansión. Se han repartido bien las mazmorras y bandas a fin que podamos disfrutarlas sin pasar periodos demasiado prolongados de sequía. El sistema de mazmorras hacia la última temporada también recibió una renovación, para darle un toque fresco que además ayudó a distinguir esta expansión.
Un placer audiovisual
Quizá tengo un sesgo por ser tan fanático de los dragones y los espacios montañosos en este juego. Pero el apartado visual y la inmersión que se siente al estar explorando el mundo es algo que me mantuvo cautivado por muchos horas en mi pase por las islas dragón. Muchos quizá critiquen que los gráficos no sean a lo que ya estamos acostumbrados. Pero el hecho que el juego ya pese 96 GB significa que empujar el motor gráfico o renovarlo bien podría duplicarlo. Esto definitivamente no es muy amigable para el consumidor.
En cierto sentido, si hacemos un análisis de los gráficos actuales de World of Warcraft Dragonflight, estos le dan una identidad a este juego que lo hace fácilmente distinguible del resto. Pero regreso a Dragonflight. No es que no se hayan implementado mejoras, claro que sí, pero no son saltos enormes. Aun así no se puede negar que las mecánicas físicas del ámbito central de la expansión que es Dragonriding no se sienten cuando estás volando a máxima velocidad y sientes el viento pasando a toda velocidad por su costado.
No todo lo que brilla es oro
Sin embargo, hay ciertos aspectos que para mí se han perdido a lo largo de los años y otros han sido reemplazados o solo fueron un parche temporal que para muchos hicieron más daño que bien. Cabe resaltar que esta parte es muy subjetiva ya que habrá quienes defiendan una postura sobre otra.
Empecemos con lo que probablemente sea el problema central al que muchos aluden, el poder prestado. La idea detrás del poder prestado era darle una explicación lógica a la historia al escalafón de poder en el juego. Es decir, la idea era apoyarse en el poder prestado para explicar porqué la siguiente amenaza se siente más fuerte, sin tener que seguir buscando un enemigo más poderoso de forma constante.
El problema viene con la forma que fue implementado y aquí es donde siento que muchos solo ven el problema a nivel superficial. Tienen problemas con el poder prestado, cuando en sí el poder prestado no era un problema, sino la forma de conseguirlo o las razones por la que lo perdimos. Si el poder prestado se hubiera obtenido de una forma más orgánica, estoy seguro el problema alrededor del mismo no hubiera crecido como lo hizo. Te obliga a una experiencia de juego que en muchos casos no era la que muchos estaban buscando.
De igual forma, el perderlo todo al finalizar una expansión no sólo invalida todo el tiempo que le invertimos como jugadores a la expansión. Mata la experiencia de juego. Esto además conlleva a que el 90% del contenido que descargamos con el juego es contenido que no jugaremos. O peor, será una experiencia muy diluida de lo que fue.
Atrayendo la audiencia actual
Asimismo, entiendo que el público actual sea un público que busca todo más rápido y para ellos es que se han implementado muchos sistemas de búsqueda rápida que hay en el juego. Pero esto ha llevado que el aspecto social del juego mientras estamos en nuestro camino al nivel máximo se pierda. Ya no hay esas historias de cuando estabas subiendo de nivel e hiciste amigos. Claro, cuando llegas a un nivel máximo y empiezas a hacer las bandas si te haces de un grupo. Pero esto no siempre ocurre en el JcJ donde muchas veces juegas con extraños.
De igual modo, entiendo las razones para apagar el poder prestado, quieren que lo experimentes de nuevo en la siguiente expansión. Pero a la vez, ya que igual estos poderes prestados son parte de la expansión y en muchas ocasiones se llega a esta por portales, hay otra alternativa. Dejarlos prendidos, que podamos seguir jugando la expansión si queremos, que esa descarga de 96 Gb sea de contenido jugable. Así, en lugar de tener que crear experiencias que fracturan a la comunidad, tienes todo junto. Y tu progreso en la expansión X no afecta tu progreso en la expansión Y. Es decir, en un solo paquete tienes todo.
Claro está que hay otros aspectos del juego que son negativos, como la dependencia en Gear Score o iLVL ahora que Blizzard lo ha implementado. O el uso casi necesario de tener que jugar con add-ons porque sino no te invitan. Pero siento que el poder prestado y la solución propuesta harían de este un juego al que lo demás podrían ser simples peros pequeños, y no razones que solo le dan peso a la queja de muchos jugadores.
El camino está trazado
Siento que Dragonflight ha sido un paso correcto en la dirección en la que se debe llevar el juego. Hay sistemas que seguramente ya no volverán y se nota el foco en los desarrolladores por empujar hacia el nivel máximo sacrificando la experiencia de leveleo. Aún así, el juego se siente mucho mejor que expansiones anteriores lo que me emociona en pensar que podríamos volver a tener expansiones centradas en historia sobre bandas solamente. Dragonflight definitivamente ha dejado claro que Blizzard sabe lo que hace y la hoja de ruta se ve prometedora.
Lo bueno:
- Mecánicas modernizadas
- Música inmersiva
- Manejo de interfaz mucho más libre
- Cadencia más lenta de contenido
Lo malo:
- La historia principal ha pasado a segundo plano
- Progresión lineal
- Modelo de mensualidad y expansión de paga
Análisis World of Warcraft Dragonflight