reseña Diablo IV Temporada 8

[Reseña] Diablo IV: Temporada 8 – El Regreso de Belial: Más que nostalgia

Esta reseña se ha realizado gracias a 2 códigos de activación de la Temporada 8 de Diablo IV y la colaboración de Berserk para Battle.net otorgados por Blizzard Latam

El Infierno Evoluciona, Pero No Sin Tropiezos

Despúes de haber jugado la Temporada 8 de Diablo IV, puedo decir que Blizzard ha dado pasos ambiciosos hacia una experiencia más densa y desafiante. Esta temporada, marcada por el regreso de Belial, el Señor de las Mentiras, intenta sacudir las bases del endgame. Pero como toda mezcla, algunos ingredientes van de maravilla… y otros, simplemente, no cuajan. Vamos a analizarlos en esta reseña de la Temporada 8 de Diablo IV.

reseña Diablo IV Temporada 8

Desde el primer encuentro con Belial, sentí que esta temporada quería dejar una huella. El diseño del jefe está cargado de referencias a Diablo III, pero con una vuelta de tuerca más táctica: patrones más complejos, fases que realmente te castigan por errores, y una ambientación tan opresiva como fascinante. A nivel de narrativa y atmósfera, la vuelta de Belial es un acierto. Es el tipo de contenido que te recuerda por qué Diablo es una saga que sabe cómo hacerte sentir diminuto.

Sistema de Jefes: El alma del nuevo endgame

El nuevo sistema de jefes estructurados  que puedes invocar con materiales específicos aporta claridad al farmeo. Saber qué boss puede darte un amuleto, qué otro una espada, cambia completamente cómo se planea tu desarrollo. Esto me gustó mucho. Por fin siento que tengo agencia sobre mi progresión y que no estoy tirando dados al azar.

Eso sí, la recompensa no siempre está a la altura del esfuerzo. Algunos jefes se sienten más como una inversión de tiempo que como un reto, y cuando después de 15 minutos intensos terminas con loot irrelevante, la frustración se termina de asentar.

Esta nueva mecánica, que te permite extraer habilidades únicas de los jefes, tenía potencial para revolucionar los builds. Y en cierta medida lo hace. Como bárbaro, encontré un par de poderes que mejoraron mis rotaciones de manera notable. Pero la mayoría se sienten demasiado específicos o simplemente no sinergizan bien con las clases. Aquí Blizzard se quedó a medio camino. Hay chispazos de genialidad, pero falta profundidad.

reseña Diablo IV Temporada 8

Las Incursiones en Diablo IV son el típico evento que suena mejor en papel que en la práctica. La idea de encuentros aleatorios de alta intensidad es emocionante, pero la ejecución es desigual. Algunas veces son épicas, sí. Pero muchas otras, se sienten como una versión más desordenada de los eventos de mundo que ya conocemos. No ayudan demasiado a la progresión ni ofrecen recompensas particularmente atractivas. Tras las primeras semanas, terminé ignorándolas.

Uno de los cambios más controversiales fue la reducción del drop rate, especialmente en el early game. Como veterano, no me molestó. Me obligó a pensar más mis decisiones, a valorar cada pieza buena que encontraba. Pero puedo entender por qué para otros jugadores especialmente los más casuales esto puede sentirse más como una poda que como un incentivo. El loot debería emocionar, no agotarte emocionalmente.

El nuevo sistema de recompensas: Bienvenido sea

En vez del clásico pase de batalla, ahora tenemos un sistema más personalizable con reliquias. Aplaudo este cambio. Poder elegir qué desbloquear y cuándo me hace sentir más conectado con lo que yo quiero hacer en esta temporada. No es un game changer, pero sí un paso en la dirección correcta.

Jugué toda la temporada como bárbaro, centrado en gritos y sangrado. La clase se siente más sólida que nunca, aunque sigue teniendo problemas de movilidad en contenido de alta densidad. Algunos poderes de jefe parecían hechos para él, mientras otros simplemente trabajan bien con el build que eliges. No quiero entrar en debates de balance, pero sería bueno ver más cariño para los melee en futuras temporadas.

reseña Diablo IV Temporada 8

Conclusión

La Temporada 8 de Diablo IV no es perfecta. Hay decisiones que polarizan, ideas que brillan y otras que caen en saco roto. Pero hay que reconocer el riesgo. Blizzard está probando cosas nuevas, escuchando aunque no siempre con éxito, y tratando de convertir Diablo IV en algo más que una repetición glorificada del pasado. Si eres de los que dejó el juego tras las primeras temporadas, esta es una buena excusa para volver. Y si nunca lo dejaste, probablemente vas a encontrar suficiente aquí como para seguir drenando horas en Santuario. No es el infierno perfecto. Pero al menos, es uno en evolución.

Reseña Diablo IV Temporada 8