[Análisis] Metal Gear Solid V: The Phantom Pain – 10 años después
Con el reciente lanzamiento de Metal Gear Solid Delta: Snake Eater no hay mejor momento para hablar de una de las franquicias más legendarias de Konami y, especialmente, de una de sus entregas, que este 1 de septiembre está cumpliendo nada más y nada menos que su primera década. Así es, hablamos de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain.
Es un título bastante querido y recordado por todos los fanáticos de la saga por ser la última en contar con la participación de su creador, Hideo Kojima. Así como una muy buena entrega para todo fanático de la saga, que, curiosamente, cuenta con diversas características que engancharon a muchos jugadores, pero a la vez alejaron a otros.
Metal Gear Solid conoce el mundo abierto
The Phantom Pain fue la primera (y única) entrega de la franquicia en ofrecer un mundo abierto para los jugadores. Esta era la gran novedad de la entrega en comparación a su ‘prólogo’, Ground Zeroes, y lo que la diferencia de todas las demás entregas. Si bien los primeros momentos del juego nos llevan por algunas secuencias lineales, poco después nos arrojan sin más a un enorme mapa que está a nuestra completa disposición.
Afganistán, el país donde tiene lugar esta entrega, se ve bastante bien representado por The Phantom Pain. Sus paisajes no son menos bellos solo por ser desérticos, sino que se nos presentan con cierta belleza a su manera, impulsado por el Fox Engine, que se lucía aquí en todo su esplendor. Después de todo, no tuvo tanta oportunidad de brillar en Ground Zeroes y, más allá de Metal Gear Solid, Konami solo lo utilizaba para Pro Evolution Soccer.
Extrañamente, este mundo abierto que para muchos fue lo que más los atrajo, para otros jugadores veteranos fue lo que los alejó. Al fin y al cabo, Metal Gear Solid es una saga que se caracteriza por sus historias lineales y acción en escenarios controlados que van de pequeños a medianos, como mucho. Mientras tanto, The Phantom Pain ofrecía una experiencia a mayor escala que muchos podían llegar a considerar ‘vacía’.
Si bien podías utilizar ciertas mecánicas para movilizarte de un lado a otro en este mundo, gran parte de la jugabilidad se basaba en la exploración de este mapa, que muchos llegaron a considerar aburrido. Ciertamente, aunque tenía bases enemigas repartidas entre todo el territorio, los espacios entre ellas quedaban completamente vacíos, sin vida más allá que uno u otro animal o enemigo, sea explorador o vehículo.
Sin embargo, en lo que muchos vieron un punto negativo, otros llegaron a ver una mecánica inmersiva. Recorrer el mapa de un punto a otro a caballo o vehículo no suena tan mal cuando te gustan este tipo de experiencias. Especialmente, teniendo en cuenta que The Phantom Pain (en PC) te permite importar tus propias canciones a la carpeta del juego para poder reproducirlas desde el iDroid mientras te mueves de un punto a otro. Sin duda, una de las mecánicas que más recuerdo.
La jugabilidad de siempre, mejorada
Metal Gear Solid V: The Phantom Pain no innova tanto en comparación a sus predecesores. Como dije, su principal novedad fue su mundo abierto. Pero más allá de ello, realmente no añade nada nuevo a la franquicia, sino que toma todo lo bueno de los juegos anteriores y los lleva a un mayor nivel.
Mantiene la esencia de todo Metal Gear a través de su estilo de sigilo, aunque también te permite darle un enfoque más directo a tu forma de jugar. Lleva la gestión de la Base Madre a un nivel mayor en comparación a Peace Walker y, en cuanto a jugabilidad, es prácticamente la misma que Ground Zeroes, solo que con pequeñísimas mejoras en cuanto a la fluidez de las acciones.
En este caso, la falta de gran innovación no es que sea algo malo, ya que la entrega de todas formas logró conseguir una fórmula bastante adictiva que se adaptó muy bien tanto al sigilo, como a la exploración, dando a los jugadores una libertad inimaginable para desarrollar las misiones de la forma que mejor les parezca. Mediante todas sus mecánicas, armas, herramientas y demás objetos, los jugadores son capaces de capturar toda una base sin sonar ninguna alarma o de ir armado hasta los dientes y sembrar terror en todo el escenario.
Las Maravillas del Fox Engine
Para ser un juego de 2015, Metal Gear Solid V: The Phantom Pain luce extremadamente bien. La calidad de su iluminación y texturas siguen siendo bastante buenas en pleno 2025 y, lo que es mejor, tenía una optimización como ya no suele verse en estos tiempos.
Por supuesto, hoy en día tenemos distintas mejoras gráficas, como el trazado de rayos, mejores sombras y mecánicas que permiten una mayor interacción con el entorno. Sin embargo, y no digo que estos no sean progresos, pero, siendo sinceros, ¿realmente son tan exigentes como para que los títulos ahora exijan mucho más sin verse tan diferentes? Sí, estoy hablando de ti Metal Gear Solid Delta: Snake Eater. Pero eso ya lo veremos en su respectiva reseña.
Volviendo a MGSV, sus escenarios se dejan apreciar mucho más gracias a la libertad de exploración que ofrece el juego. De la misma manera, sus cinemáticas se viven como las de una película (como no podía ser de otra forma, viniendo de Kojima) y permiten una gran apreciación de la calidad de su texturizado en las armas y trajes.
Por si fuera poco, The Phantom Pain también cuenta con unas de las mejores actuaciones de la franquicia. No solo de voz, sino también en cuanto a las expresiones, gracias al sistema de captura facial utilizado. Así pues, la entrega contó con distintos actores que le dieron nueva vida a los clásicos personajes de la saga y supieron interpretar muy bien a los nuevos rostros que se nos presentaron. El más recordado (y polémico en su momento) de ellos fue Kiefer Sutherland, el popular actor detrás de Jack Bauer en la legendaria serie 24, que en esta ocasión interpretó al protagonista Punished ‘Venom’ Snake.
Memorable, solo como Kojima sabe hacerlo
En diversas entrevistas previas al lanzamiento del juego, Kojima relata que su intención era retratar temas más serios que en sus anteriores producciones. Las entregas de Metal Gear siempre se han caracterizado por tratar ciertos temas políticos y, sobre todo, de la guerra, que de por sí ya son temas serios. Pero en esta ocasión quiso ir un poco más allá con una narrativa que se metiera más a fondo en temáticas como la raza, la identidad y la venganza luego de perder algo tan querido.
Como toda historia de Kojima, combina estos temas serios con diversos momentos irreverentes y graciosos, que curiosamente encajan bastante bien con el resto de la historia. Por supuesto, tampoco pueden faltar los momentos icónicos y esta historia tiene muchos de ellos, que se ven elevados en su calidad gracias al trabajo de cámaras dentro de las cinemáticas. Por alguna razón, Hideo decidió que todas se realizaran en una sola toma (sin cortes, dentro de lo posible), otorgando al juego un matiz más cinematográfico que sus predecesores.
Por último, como no podía ser de otra forma, The Phantom Pain también cuenta con dos de los plot twist más impresionantes de toda la franquicia. A pesar de ser un juego que ya cumple diez años, creo que toda persona debería experimentar este título sin saber nada al respecto. Así que, para evitar spoilers, simplemente diré que experimentar esos momentos por primera vez es algo inolvidable y que realmente hace que valga la pena no dejar nada sin desbloquear dentro del juego.
Conclusiones
Metal Gear Solid V: The Phantom Pain no es un juego para cualquiera, lamentablemente. Por ser la última entrega de la saga a cargo de Kojima, muchos fanáticos esperaban más de ella. Pero para otros, como yo, fue una gran iniciación a lo que es la franquicia, un título con gráficos y mecánicas modernas para adentrarse en lo que es Metal Gear de una manera más cómoda.
¿Puedo ser mejor? Probablemente, puesto que su desarrollo se dio en medio de las tensiones entre Konami y Kojima que llevarían a su salida del estudio. Los altos costos para la producción de lo que Hideo tenía en mente no resultaban tan buenos para la compañía y él mismo llegó a tener conflictos con los temas que trataba el juego, ya que como director sentía que no debía limitar su creatividad, pero como productor debía asegurarse de que la entrega sea apta para todos los públicos y asegure la mayor cantidad de ganancias para la empresa.
Así pues, lo cierto es que se nos terminó entregando un juego incompleto en cuanto a narrativa, tal como revelan diversos contenidos conceptuales de misiones que nunca se llegaron a terminar. Es por ello que la historia se siente algo pausada al inicio, pero luego apresurada conforme nos acercamos al final. De todas formas, en comparación al estándar de los videojuegos hoy en día, es un título que se siente bastante finalizado, a pesar de no contar con todo lo que su director hubiera querido.
Lo Bueno
- Lleva la esencia de todo Metal Gear Solid y, aunque no innova tanto en su jugabilidad, sí que mejora las mecánicas que toma de sus predecesores directos: Ground Zeroes y Peace Walker.
- Muestra el Fox Engine en todo su esplendor. Un motor gráfico capaz de lograr maravillas para la época y que retrata con belleza los paisajes del juego, además de ofrecer físicas y mecánicas fluidas y precisas que complementan la jugabilidad.
- Es el primer y único Metal Gear Solid en implementar un mundo abierto, combinando la acción y el sigilo en las bases enemigas con la exploración de un mapa considerablemente grande.
- Más allá de las misiones principales y secundarias, los jugadores tienen muchas otras mecánicas a su disposición, como la gestión de reclutas y recursos de la Base Madre, la captura de flora y fauna de Afganistán, la colección de armas, objetos y más secretos que suman al tiempo de juego y la experiencia.
- Ofrece una versatilidad sin igual en su jugabilidad gracias a la variedad de armas, objetos, vehículos y aliados. Una sola misión, incluso secundaria, puede realizarse de mil maneras distintas de acuerdo al estilo de cada jugador.
Lo malo
- El mapa, aunque grande y bello visualmente, puede llegar a sentirse vacío para muchos jugadores. Las bases enemigas y puntos de interés se pueden llegar a sentir como que están muy separados unos de otros para quienes no gustan tanto del sistema de transporte automático.
- Algunas misiones, especialmente las secundarias, pueden llegar a sentirse algo repetitivas. Un problema común en la mayoría de juegos de este estilo, pero que aún así no podemos pasar por alto. Contrasta bastante con otras misiones que son muy originales.
- La historia tuvo que ser recortada y ciertas misiones desechadas para ajustarse al presupuesto y tiempos de entrega de Kojima, ocasionando que la historia empiece a acelerarse conforme se acerca a su final.
