análisis Dragon's Dogma II

[Análisis] Dragon’s Dogma II – Una Aventura con potencial ilimitado

Este análisis se ha realizado gracias a una copia de Dragon’s Dogma II otorgado por Capcom para Xbox Series X/S.

Capcom comienza el año con fuerza, y nos entrega la secuela esperada Dragon’s Dogma II. Regresaremos a un vibrante mundo de fantasía que, aunque distinto, comparte su esencia con el escenario de Gransys del juego original. Nuestro papel una vez más es el de un Arisen, esta figura inmortal escogida por el dragón supremo, quien se encuentra en el corazón de un intrincado conflicto geopolítico. A lo largo de nuestra aventura, no solo enfrentaremos desafíos y recolectaremos equipo; también formaremos alianzas con los Peones, esos fieles compañeros que nos asistirán en nuestro viaje. ¿Merecerá la pena la espera? Vamos a descubrirlo en este nuevo análisis de Dragon’s Dogma II.

El surgimiento de un campeón

Esta ocasión también ocuparemos los zapatos de un Arisen, un guerrero inmortal elegido por el dragón más poderoso. La trama y los diálogos nos harán entender que las motivaciones y los personajes no son tan unidimensionales, pero no es particularmente el fuerte del juego. Es mucho más interesante conocer la vida de los habitantes de Vermund, ya que estos matizan y le dan vida a este mundo.

En mi caso, esto se debe a que la mayoría del tiempo no sentí una progresión natural en la trama. Al igual que en juegos como Zelda: Breath of the Wild, la historia parece ponerse en pausa mientras exploramos. Existe una desconexión clara entre el desarrollo de la historia y nosotros como eje central. Somos el Arisen, un personaje de gran importancia que muchos han estado esperando. Aunque por momentos se reconoce nuestra importancia, el juego continúa como si nada hubiera pasado, hasta que finalmente encontramos al NPC que avanza la trama, y esto puede ocurrir hasta 10 horas después.

Las motivaciones de los personajes principales son bastante unidimensionales; los malos son claramente malos y los buenos, buenos. Sin embargo, la mejor parte de la historia es la construcción del mundo que la rodea. Desde la esclavización hasta los juegos geopolíticos, DD II enriquece su mundo con innumerables matices. Cuando se expresan las opiniones y sentimientos de la gente que lo habita, nuestra historia como Arisen palidece en comparación.

Debido a la importancia que implica ser un Arisen. De vez en cuando aparecen impostores que intentarán reclamar este título. Por consecuencia habrá que ganar la confianza de los pobladores de Vermund y Battahl. Para esto es necesario ayudarlos en sus dilemas, que resolveremos a través de las misiones.

Hablando de estas, uno de los primeros problemas que te encuentras en DD2 son las misiones. Digo esto ya que no son representadas por ninguna señal visual a diferencia de otros juegos, a veces habrá diálogos al aire por parte de los variados NPC’s o ellos se acercarán al Arisen para presentar su pedido de ayuda. Las misiones secundarias ni siquiera se pueden rastrear, si no que tendremos que usar la poca información obtenida para poder saber a qué dirección ir.

Esto puede resultar algo confuso, ya que no hay un camino linear que seguir. Completar las misiones nos brinda las recompensas de siempre como, experiencia, materiales para mejoras y oro. No creo que sea necesario mencionar lo importante que es subir de nivel, dado que cada nivel nos sube los atributos exponencialmente.

Los objetivos de estas varían de misión a misión. Algunos serán el clásico, caza monstruos y recolecta materiales, otras te pedirán que escoltemos a los NPC. Habrá algunas que son más detectivescas, requerirán que acumulemos información para poder seguir y más objetivos que comparten un contenido similar. Este juego tiene la temática de no llevarte de la mano. Dejo claro en este análisis que Dragon’s Dogma II nos deja rastrear las misiones primarias de cierta manera. Dependiendo de la naturaleza de esta, o si tenemos la suficiente información para que el sistema coloque un marcador en el mapa.

Jugabilidad Emergente

Rastrear a los NPC de este juego es una tarea compleja en sí, dado su comportamiento medio nómada ya que no se quedarán en un mismo lugar por mucho tiempo. Por esto es necesario memorizar al menos la cara, porque el juego nos ofrece un espacio en el menú específico de registro de todos los personajes que hayamos conocido durante nuestra travesía.

De allí tenemos a los Peones, una especie de humanos que provienen de un lugar místico llamado Rift. Al igual que el Arisen, podremos personalizar casi todos los aspectos físicos de este. Tendremos a un Peón principal que será el que siempre estará con nosotros, además de este podremos interactuar con Peones de otros jugadores que deambulan por el mundo de DD2.

Cada peón tendrá características diferenciables aparte de su vocación, tema que profundizaremos más adelante. Sino que también en los arquetipos de personalidad que el juego ofrece, cómo sereno, curioso etc. Que influencia como interactúan con otros peones y con el Arisen. Otro Peones se especializan en encontrar objetos de valor, manejar de manera eficiente el inventario otros en combate o manejarse de forma de apoyo para el Arisen. Estas se llaman especializaciones, y se ajustan para perfeccionar la forma en la que quieres jugar.

Los Arisen podrán interactuar entre ellos mediante sus Peones, quiero decir con esto que no hay un elemento online multijugador persé en esta entrega. Una vez que estos terminen sus contratos con otros Arisen, regresarán con alguna retroalimentación en respecto a su desempeño y con algún objeto, dependiendo de que misión se le haya asignado.

Piedras(portales): La única otra manera de acceder a los peones además de encontrarlos casualmente por el mapa, es tocando las piedras. Estás nos llevan a otro plano en el que habrá diferentes Peones con diferentes características de otros jugadores y también del mismo Capcom.

Como mencionaba arriba, los Peones te pueden ayudar no solo con las misiones si no con la dificultad de los combates. Estos serán nuestros guías en un mundo abierto en el que muchas veces no sabes a donde ir. También brindarán información de forma periódica, a través del diálogo contigo o con otros personajes de la party. Aunque la mayoría del tiempo estos sean de mucha ayuda con sus comentarios constructivos o su conocimiento de la historia y la geografía. A medida que pasa el tiempo estos repetirán los mismos tediosos diálogos y respuestas.

Un poco de lo mismo, pero mejor

Las clases o vocaciones no serán las mismas que en la entrega anterior. Aquí contaremos con arquetipos más clásicos de los juegos de rol como, Ladrón, Arquero, Mago, Luchador. La vocación que elijamos para nuestro Arisen o nuestro Peones dicta que tipo de arma y habilidades ellos pueden usar, también como los atributos que se incrementan por cada nivel.

Inicialmente, solo cuatro clases están disponibles. Al cumplir ciertos requisitos, como adquirir un arma específica o completar misiones determinadas, se desbloquean seis clases adicionales. Entre estas, se introducen tres nuevas clases exclusivas para el Arisen: el Ilusionista, que utiliza incienso como arma y funciona como apoyo similar al arquero mágico; el Duelista Místico, un híbrido entre mago y guerrero; y el Adalid, que inicia con atributos bajos, pero puede usar cualquier arma y habilidad de las clases disponibles.

Las clases se caracterizan por sus habilidades únicas; por ejemplo, mientras los luchadores pueden bloquear ataques usando R1 gracias a su escudo, los ladrones utilizan el mismo botón para esquivar. Este sistema permite superar las restricciones de permanecer en una sola clase, fomentando la exploración de diferentes vocaciones, un valor también reflejado en los diálogos de varios personajes dentro del juego.

Dragon’s Dogma se caracterizaba por tener un combate muy dinámico, con elementos de acción. En esta segunda entrega no será distinto.  Los encuentros en su mayoría están llenos de acción, con un ritmo fluido. Los ataques se sienten sustanciosos cada vez que blandimos una espada o canalicemos un hechizo, pero no es exageradamente eléctrico.

Clases como el Ladrón pueden agilizar la experiencia, pero no es su enfoque principal. Mi clase preferida fue el Duelista Místico, este intercambia la evasión o la protección de otras clases con un poder que paraliza a los enemigos. Usa una lanza con dos puntas y tiene la versatilidad de poder pelear de rango, así como de melee.

El juego te empuja a tener peones siempre. Antes mencionamos que este juego no hace de nana, es igual para el combate, los peones son casi indispensables debido a su utilidad y como te simplifican ciertos aspectos del juego. En mi opinión no impacta la jugabilidad, solo te deja regular el nivel de dificultad que deseemos afrontar.

Libertad Caótica

Si el enemigo es un jefe. Podremos escalarle con el botón de R2 para causar un desbalance y tirarlo al piso, esto logra exponer un ataque mortal que hace muchísimo daño a la barra de vida enemiga. Enemigos como Golems, solo podrán ser derrotados destruyendo partes específicas de su cuerpo. El gatillo no solo tiene esa función, sino que también servirá para recoger objetos, o personas.

Capcom decidió que sería una buena idea permitir que podamos atacar, hasta matar a cualquier NPC. Esto a veces es necesario o puede causar problemas garrafales como cortar un hilo de misiones importante Podremos lanzar las personas u objetos a discreción u a nuestra propia responsabilidad, agregando un elemento cómico. Por otro lado, lo podemos ver como parte de la libertad creativa que tratan de expresar los desarrolladores con este aspecto.

Los magos u hechiceros tendrán una jugabilidad muy contrastante a las demás. Los hechizos consisten en una mecánica interesante, para poder lanzarlos es necesario fijar la mira en una posición en específica para así comenzar a canalizar el hechizo. Intercambiando de esta manera movilidad por daño. Los arqueros tienen la opción de moverse mientras disparan, a una velocidad disminuida. Estos también cuentan con la opción de hacer que sus proyectiles se rastreen automáticamente hacía el enemigo en mira, otra opción de accesibilidad.

EL sistema de armaduras es bastante directo, consigues materiales y el oro que se requieren, y vas subiendo los atributos. A pesar de que este pueda ser algo sencillo, conoceremos a distintos maestros de herrería en el mundo de Vermund. Esto quiere decir que cada uno de estos individuos, a la hora de mejorar tu equipo, añaden por ejemplo más fuerza, pero le quita defensa. De esta forma se profundiza en el estilo de juego de preferencia.

Nueva generación gráfica

Explorar también forma parte de la experiencia, los mapas son inmensos y están llenos de puntos de referencias. El limitado viaje rápido, solo podrá usarse si tenemos las piedras de teletransportación. Debido a que el mapa cada vez se expande más, la teletransportación se vuelve indispensable porque las misiones fuerzan viajes de ida a vuelta por las ciudades.

El juego cumple su cuota visual y la excede. Comenzando por la estética, DD2 continua con la onda de alta fantasía. Este aspecto visual que caracteriza a los RPG clásicos no está deslindo de la parte visual, ya que hablamos de una inspiración de los elementos más antiguos de la fantasía como D&D.  Cómo, por ejemplo, el ladrón, lejos de ser uno, parece más un asesino ya que no tiene ninguna habilidad para robar, pero es la nomenclatura que se usa para el arquetipo.

La escala del diseño de niveles es perfecta para su estética, la magnificencia de los castillos. Poder ver desde la distancia a ciudades o pueblos, te hace sentir como si nosotros mismos estuviésemos yendo al lugar. Las cuevas emanan una sensación tenebrosa, no solo por la falta de luz y el manejo de sombras, si no por el espacio reducido que genera tensión, hasta claustrofobia.

La iluminación en el juego está una obra maestra en sí, los ciclos de día y noche están presentes. Con estos, las sombras también giran y se mueven con la puesta del sol, el clima como la lluvia, difuminan la luz también logrando una sensación de hiperrealismo.

Lamentablemente a pesar de lo logrado con la parte visual, no podemos dejar de lado las fallas. Este juego tiene una cantidad considerable de fallas visuales. Estas también están presentes en la jugabilidad, estamos hablando de pisos transparentes, objetos volando hasta comportamiento errático de los enemigos.

Procediendo al análisis del rendimiento en Dragon’s Dogma II, depende de la consola que usemos, en mi caso lo jugué en una Xbox Serie S. Los cuadros por segundo oscilaban entre 30-40 en áreas cargadas como bosques o cuando estamos en lugares muy abiertos como montañas y es posible visualizar una ciudad de lejos. En espacios reducidos los frames mejoran muchísimo y podemos vislumbrar el potencial gráfico del juego

Un sonido fantástico

La composición musical es otro de los pilares del juego, la música no solo acompaña sino se amolda. Usando una forma de sonido adaptativo, las diferentes situaciones se prestan para diferentes sonidos o canciones. Por ejemplo, en la ciudad la música no le falta complejidad sin embargo es calmada, tranquila. En los pueblos de día la música es más alegre y en las cuevas, el sonido logra meternos en una desolación que refleja lo que se siente estar en un lugar así.

Ni que decir de las batallas o los encuentros con los mini jefes, estos empiezan con una explosión sonora de la orquesta. La música crece mientras ahondemos en la batalla, y en las victorias también nos hace sentir que hemos terminado una ardua pelea. Se nota el trabajo de parte de Capcom para lograr que esta misma se integre naturalmente al juego.

Salvaguardando su escencia

Después de jugar por varias horas Dragons Dogma 2, creo con mayor firmeza que no es necesario experimentar la primera entrega para disfrutar de esta nueva instancia. Primero que nada, porque el juego es larguísimo, es la versión mejorada de un producto bien hecho. Este juego destaca en su mundo abierto, a pesar de lo limitado que pude ser por momentos. Aventurarte hacia lo desconocido con tu grupo, encontrar enemigos más desafiantes, mejorar tu equipamiento. Estas actividades acaban consumiendo el tiempo sin que te des cuenta. Quizás peca de una secuela algo conservadora, debido a su falta de desarrollo de la trama, la cantidad de bugs y la falta de diseño de las misiones. Sin embargo, captura la esencia del primer juego para bien.

Lo bueno:

  • Sinopsis e historia que sirve bien como punto de partida
  • Jugabilidad bastante adaptativa
  • El mundo se siente muy vivo y funcionando bajo sus propias reglas
  • Conserva la esencia del original, pero sin quedarse atrás
  • El gameplay ofrece bastante libertad y creatividad
  • Sistema de combate complejo y satisfactorio
  • Personalización de personaje muy avanzada
  • Visualmente el mundo de fantasía es bello y agradable
  • Composición sonora épica y bien adaptada

Lo malo:

  • La trama no es que sea su mejor cualidad
  • Bugs gráficos a la orden del día
  • El diseño de las misiones puede no sentarle bien a muchos jugadores más novatos

nota 9.2

Análisis Dragon’s Dogma II

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